Tornasol

Me gustaría que, alimentándote de las imágenes que el texto vaya ofreciendo, intercales durante el término de cada frase u oración, durante esa pausa obligada, un respiro de ojos cerrados, e imagines en la suave oscuridad de los párpados un puente de dulce arquitectura arqueada, y que te ubiques sobre él, acomodado sobre uno de los lados mirando hacia el poniente. Allí me gustaría que le agregues a tu imaginario puente varias vías desoladas de trenes que pasan por debajo, extendiéndose hacia el horizonte hecho de casitas apagadas, rodeadas de ríos de tierra seca. Desearía que le incorpores ahora un sonido como de murmullo marino, pero sabiendo que te encuentras lejos del mar, sabiendo que no es verano pero sí invierno, un invierno como todos frío, muy frío, sí. Seguidamente aguardaría a que le sumes una sensación de intimidad y maravilla a toda la supuesta escena, aun a pesar de que estés acompañada o entre un gentío ensordecedor cuando leas esto, aun a pesar de eso porque yo también lo estoy, y querría que olvides lentamente todo lo que se dice real y te comiences a perder en la creación imaginaria del cielo. Suéñate entonces un cielo diverso de colores gradual y mansamente fuertes, como de una pintura jamás alcanzable por el hombre, acaricia el azul, el rojo, el pálido blanco, la infinita variedad de unas acuarelas que dibujan bocas abiertas y ojos sin cuidado en las personas, la infinita variedad de un cielo difícil de narrar porque sobran las palabras por todas partes, por detrás de alguna leve nube que sólo se entrega para añadir mayor magnitud a la escena o bandadas de pájaros que se fugan en el arco iris del recuerdo. Y luego, siempre luego, tan solo aléjate del puente lentamente, mientras dejas que el crepúsculo se apague, se vaya convirtiendo en ceniza de la luna. Una vez hecho todo esto, si lo he narrado bien y tú eres alguien imaginativa, quizás sí, quizás te quede en la memoria la velada huella tornasolada de un atardecer tan bello como cualquiera, pero con la diferencia de que ahora yo estuve allí y tú también, a mi lado o al menos muy cerca. 

LuCa

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